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lunes, 3 de septiembre de 2007

Mi amigo Carlos

Ayer me llamó un amigo argentino al que hacía muchísimos años que no escuchaba. Me llamó para contarme que está en España, que ha vuelto. Él va de distinto, de que no es como todos los argentinos, como todos los argentinos, vamos. Y, bueno, un poco distinto sí que es, al menos en la parte económica. Su familia no está del todo mal situada. Pero, de resto, como todos. Suena mal, ¿no?

Pues, no. Yo no soy ni racista, ni xenófoba. Pero, eso de que los estereotipos están desajustados, lo siento, pero no lo comparto. Yo creo que todos, incluidos tú y yo, por el hecho de haber nacido en un lugar, compartimos una serie de características que, nos fastidie o no, nos identifica en cualquier parte del mundo.

Cada persona es un mundo. Sí. Estoy de acuerdo. Pero, ese mundo comparte muchos rasgos con el mundo que les rodea. Entra dentro de la lógica. Si uno nace en un lugar en el que la gente se comporta de una determinada manera, vive de una determinada manera, por mucho que luchemos contra ello, inevitablemente quedará algo de eso en nosotros.

Así que, sí. Los catalanes suelen ser peseteros, unos más otros menos, pero algo cala en todos ellos desde pequeños porque su sociedad se comporta de una determinada manera y uno crece acostumbrado a ese comportamiento y viéndolo como normal. Lo mismo los andaluces, que son muy graciosos pero muy falsos, pues habrá unos que sí y habrá otros que no, pero al final, sí, porque si creces capeando la falsedad con gracia a tu alrededor, algo de eso se te tiene que pegar.

¿Y los canarios estamos aplatanados? Pues oye, sí. Porque uno crece viendo que si se escapa la guagua ya vendrá otra y, si no viene, pues bueno, hacemos dedo; porque eso de correr con este clima que tenemos y estas cuestas, que para arriba, que para abajo, pues como que no, que se llega igual andando y sin sudar.

Pues de eso le hablaba yo a mi amigo el argentino. Porque me preguntaba que cómo tenía que comportarse para hacerse al país. Y es que, él estuvo por acá (como dice él) hace unos años, pero de vacaciones y, claro, lo mismo no es. Ahora se ha venido a trabajar y anda preocupado porque no sabe si "quedará", que él dice.

Yo le dije que lo que tiene que hacer es luchar contra el estereotipo, porque, para su desgracia, el argentino de los piropos y el verso, en España, ya está muy choteado y ahora, la imagen que tenemos todos del carácter del argentino es, con perdón, la de que es un vago. Y el me decía: "pero bueno, boluda, no es tan así, yo vengo a laburar y le voy a pegar duro". Y yo: "que sí, que no lo dudo, pero aquí entre tú y yo, tú sabes que lo que para ustedes el laburar consiste más bien en hacer que trabajas hasta que se cumple la hora y, mi niño, aquí les tenemos ya a todos calado". Y me decía: "y bueno, un poco así sí es".

"Y la culpa no es de ustedes", le decía yo. Y de verdad lo pienso. El caso es que uno nace en un país en el que o la clavas o te la clavan y uno se acostumbra a clavarla primero. Si la costumbre es que el empresario te explote, uno se vuelve experto en explotar al empresario, no hay de otra. Y no está mal, así funcionan las sociedades. Pero, con esto de la globalización, la cosa se complica, porque ahora llegas a otro país en el que las cosas funcionan distinto y uno sigue con la dinámica de siempre, porque es algo innato, que aprendió de chico, y claro, todo mal.

Total, que le dije yo a mi amigo: "Mira, Carlos, tú lo que tienes que hacer es trabajar más que los españoles". Y el otro, que no le convencía: "pero, boluda, tampoco la pavada". Y es que al argentino no le gusta que se la den con queso y ese sano deporte español de bajarnos los pantalones por un buen puesto, como que no lo ve muy claro.

Yo espero que se adapte, porque quererlo le quiero un montón y es buena gente el jodío. Pero, claro, argentino.

Cuando colgué el teléfono, luego, me quedé pensando: con tanta inmigración y emigración, mezcla de culturas y de sociedades (argentinos, colombianos, ecuatorianos, venezolanos, rumanos, marroquíes, saharauis, mauritanos...), ¿cuál será el estereotipo del español dentro de veinte años? Porque españoles somos todos, pero aquí ya no se sabe ni de dónde somos. Será curioso ver en qué nos convertimos...

Yo por lo pronto, ya me he aficionado al mate (ummmm... mateeee), a los dulces marroquíes y estoy a ver si me llega el sueldo para acostumbrarme a dormir la siesta en una hamaca colgada del balcón... por irse una reestereotipando, vamos, que el que no corre, vuela.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Ainsssss! Mira que eres! Lo siento por Mauro, pero no va a cambiar. Y tu a ver si te aclaras con los blog que me estas volviendo loco. Besos amiwita.

Kiski dijo...

Bienvenida al Blogspot.

Siento no estar nada de acuerdo con lo que dices. Los estereotipos no nos definen, cada persona como individuo es un mundo y los de aquí o allá no son homogéneos.

No, me niego a pensarlo.

Un Saludo

P.D: Gracias por agregarme a favoritos.

Anónimo dijo...

Vanessa, hay que tener mucha soberbia, para generalizar tan alegremente a los Andaluces de falsos, a los Catalanes de peseteros, y lo peor a los Argentinos de “vagos”.
Soy Español y vivo en la Argentina desde 1950. Como en todos lados hay de todos, pero los Españoles tienen la memoria floja dado que ahora se consideran del primer mundo, pero se olvidaron de la guerra y la pos guerra (motivo de la migración de mis padres), en Argentina encontramos una igualdad jurídica total para estudiar, trabajar o formar una empresa, como es mi caso, y no exploto a nadie.
No te preocupes tanto por los inmigrantes que están llegando. Ya que eres tan idealista lucha para que tengan las mismas condiciones y que los Españoles recuerden que cuando no estaban en el primer mundo en muchos países, sobre todo la Argentina nos recibieron sin “papeles pero con Igualdad”

Vanessa Del Cristo dijo...

Hola amigo, bueno, ya esperaba que este post no sentara bien a todos, pero para eso son los comentarios, para dialogar y debatir.
Pero, permíteme que matice. Yo no estoy preocupada por la inmigración, lo veo como algo natural, el flujo de seres humanos alrededor del mundo ha sido siempre una constante. Los españoles emigramos a América hace muchos años y ahora muchos vuelven, es un proceso natural. De hecho, siempre he sido defensora de la igualdad de derechos de los inmigrantes, de la regularización y, por encima de todo eso, del respeto.
Con el post no pretendía faltar el respeto a nadie, simplemente divagaba sobre los estereotipos... que, estarás conmigo, a menudo se cumplen, ¿o no es verdad que a los españoles nos gusta más la juerga que comer?
Pues eso, que ahora, con la globalización y el flujo de poblaciones, resulta curioso pensar como se mezclaran las culturas. Tan sólo eso.
Espero no haberte ofendido.
Un saludo.

Anónimo dijo...

si los comentarios son para "dialogar y debatir" por que borras los que no te gustan y no ofenden?

Vanessa Del Cristo dijo...

Discúlpame amigo, sólo borro aquellos en los que se dan datos personales, abstente de hacerlo, por favor.
Aprovecho para aclararte que con lo de "mi amigo Carlos" no me refiero a nadie real, es un personaje ficticio que, aunque puede estar basado en alguien real, no tiene por qué ajustarse a la realidad. De este modo no tengo por qué mentir ni decir la verdad, pues sencillamente no existe.
Un saludo.

Anónimo dijo...

el amigo carlos ya se volvio a argentina porque no aguanto tanto trabajo jajajaja